Huasca de Ocampo fue el primer Pueblo Mágico de México; lo tiene todo: paisajes naturales, lugares históricos, romance, haciendas coloniales, arquitectura y color.
Antes era conocido como Huascazaloyam. La Veta de Vizcaína en el siglo XVIII obligó a Don Pedro de Romero de Terreros, su propietario, a buscar un lugar para su edificación, lo que trajo la construcción de hermosas haciendas.
Sus haciendas se muestran entre un hermoso paisaje boscoso, convirtiéndolo en un pintoresco pueblo lleno de color e historias y leyendas de duendes.
Se incorporó al programa Pueblos Mágicos en el 2001.